viernes, 3 de agosto de 2007

DÍA 7

Aquellos que han sido perdonados deben dedicarse en primer lugar a curar, pues al haber aceptado la idea de la curación, deben compartirla para así conservarla.

UCDM








Ejercicio


Este día dedícatelo a ti.

Pásalo en silencio y soledad. Vete al campo, a la montaña o la playa.

Pasea y descansa. Descansa. No tienes nada que hacer, excepto respirar profundamente y descansar.

Y cada vez que lo sientas, repite la siguiente oración:


SANTO HERMANO MÍO:

Mi voluntad es fuerte
en mantener la santidad en mí
porque así la doy a mis semejantes.

Mi voluntad es fuerte
en mantener la santidad en mis semejantes
porque así yo la puedo recibir.

MI VOLUNTAD ES FUERTE,
SANTO HERMANO MÍO,
PORQUE ES TU VOLUNTAD.
















Tu creencia de que puedes estar enfermo significa que tienes fe en la enfermedad, como defensa desesperada ante la posibilidad de que elijas el Amor como base para tu sistema de creencias.

Pero la única curación posible es que sanes el sentimiento de separación que mantienes en tu mente, para que puedas ignorar la parte de ti que has inventado y para que puedas reconocer como real, y única, la parte de ti que te une con todo lo creado.

Por tanto, tu sanación depende de:

. Que entiendas que la enfermedad es una ilusión y de que no te dejes engañar por las formas que pueden adoptar las ilusiones.

. Que liberes a tu mente de la presión del ataque y la culpabilidad.

. Que te unas al Amor que rige la vida, para ser uno con todos tus semejantes.

Y, ¿cómo puedes fundirte con el mundo de manera tal que todo lo creado sea Uno? La única forma posible de que logres esto es la inocencia. Cuando la aceptas, a través de ver en todo la santidad original, llegas al Amor, y, al compartir el Amor, que es tu realidad y que también es la realidad de todos los seres, experimentas la maravillosa visión de la Unidad.

A quien tú reconoces inocente, siempre, a su vez, comparte la inocencia. Y, así, el amor se extiende y libera a las personas a través de las personas. A quien tú has aceptado, acepta a su vez. Y quien es liberado, se une a los demás cuando les libera.

Entonces, puedes sentir que la vida corre verdaderamente por tus venas y que la sanación es tu función única, ya que en ella sientes la paz en ti mismo, en los demás y en el mundo.

De esta manera, la inocencia se te hace imprescindible para que puedas desarrollar la capacidad de sanarte y de sanar a los demás, pues, así, sintonizas tu mente con la ley universal del Amor.

En la inocencia reconoces que la mente de tu semejante no es otra cosa que puro Amor y que es imposible que él pueda cambiar su realidad, y, así, le ayudas a deshacer sus propias ilusiones, por las que se cree separado del Amor.

Este es el pensamiento que cura. Simplemente se trata de que reconozcas la realidad en todos los seres, de que te concentres en la certeza de lo que es.

Como consecuencia de esto, entiende que la curación está en tu mente. La tienes tan cerca que es imposible que no la encuentres: Lleva tus ilusiones ante la realidad.

































Si te aferras a un pasado con amargura
seguirás albergando en ti un resentimiento,
que será parecido a una prisión
porque no podrás vivir el presente
y estarás desperdiciando el día.

¿Qué pasa?...
¿Que recuerdas a alguien
que en un momento de tu vida te hirió?
¡De qué te sirve recordar y recordar...!
No te vuelvas esclavo de esa cólera.
No te encariñes con viejas heridas.
Deja de castigarte ya.

No hace falta saber cómo perdonar.
Lo importante es: Estar dispuesto a hacerlo.
Del cómo y del cuando...
ya se encargará tu corazón
cuando lo liberes de la culpa
y del resentimiento.
Perdona con el alma a esa persona,
a la que guardas tanto rencor.
Bendícela y verás.

Entonces... nadie podrá privarte de nada
que por derecho te corresponde.
Y si de algo eres merecedor
es de sentir en tu corazón
no culpa ni dolor
pero sí, muchísima paz
y cantidad de Amor.


ANA MORENO

No hay comentarios: