viernes, 3 de agosto de 2007

DÍA 1

Cuando no queremos perdonar, cuando no queremos liberar y olvidar, lo que hacemos es atarnos al pasado; si estamos atados al pasado no podemos vivir en el presente, y si no vivimos en el presente, ¿cómo podemos crearnos un glorioso futuro?

LOUISE HAY




Ejercicio

Siéntate durante 1 hora en algún banco de una plaza céntrica, o en un lugar por el que pasen muchas personas.

Mira a cada persona con el gozo interior de identificarte con ella por el sólo hecho de existir.

Estate vigilante respecto a tu propia mente para que:

. No te identifiques con nada de lo que las personas hagan, digan o muestren.

. No tomes partido por ninguna de las personas que puedas ver envuelta en cualquier situación o circunstancia.

. No juzgues nada de lo que las personas hagan o dejen de hacer.
























Renuncia a interpretar el comportamiento de los demás:

. Nadie te ataca.
. Quien te parece que ataca, sólo te pide amor.

Si renuncias a tus juicios, dejas de ver con los ojos de tu cara y miras con el entendimiento de tu corazón.

Decide no proyectar en los demás lo que te ocurre. Sólo tú eres responsable de tu felicidad y tu felicidad depende de que des paz a todas las personas con que te relacionas. Sólo puedes ser feliz si amas, si te das.

Por lo tanto, recuerda únicamente los pensamientos amorosos que diste y que recibiste en el pasado. Y olvida todo lo demás para que sólo seas perfección, eternidad y presente.

Borra el pasado de tu mente para entenderte tú y para entender al mundo, pues te aferras al pasado para ocultar tu poder de elegir qué actitud quieres en cada momento de tu vida, en cada aquí y ahora.

Reconoce inocente al otro, a todos tus semejantes. El propósito de la inocencia es que no encuentres culpa en nadie para que sepas que nadie, nunca, puede merecer castigo. Así, dejas libre a tu semejante y le haces tu hermano y los dos, liberados, os podéis reconocer bendecidos por el amor.

La inocencia es la forma terrenal del Amor. Tú, en cada instante, puedes elegir entre:

. Tu creencia en el ataque.
. Tu voluntad de extender el Amor que recibes.

Si eliges aceptar a tus semejantes y convertirlos en tus hermanos, sanas tus conflictos porque a ti mismo te has aceptado. Y hallas la paz.

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